Fue y es nadador. Antes competía, ahora sólo goza. Todas las tardes se interna algo más allá de la rompiente y recorre varios kilómetros paralelos a la costa. Respeta y teme al mar con la certeza del que sabe. Le gusta nadar a esa hora, con la atmósfera que amplía al sol y el horizonte marino cortando su esfera por la mitad. También participan las olas, que dejan en la playa espumas redondas con...
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